Escrito por: Caro

«Escribo desde el sur de España, más concretamente desde Sevilla, tengo 25 años. Soy una soñadora pero vivo despierta, un parte de mi mente vive aquí y la otra en lugares más lejanos y aunque mis ojos ven lo cercano, también, en ocasiones, ven más allá de las estrellas.»

Bienvenidas a nuestro último resumen de la historia de Miriam y Rebecca, porque fue intensa pero para nuestra desgracia, también fue muy corta. En todas las parejas hay un final y el de ellas os lo voy a contar a continuación.

Su historia fue la siguiente: Beso entre amigas enfocado a espantar a un grupo de chicos, dudas porque el beso gusta más de la cuenta, se alejan pero es imposible, por lo que deciden hablar las cosas y todo parece ir bien hasta que terminan besándose de nuevo (que si no es por la intervención del Conde, terminan en la mesa de la cocina). Pero luego una de ellas, la que vive en un castillo, lo piensa mejor y no está preparada y vuelve a tomar distancia, pero cuando la de clase media hace lo mismo, se molesta, porque no sabe lo que quiere, así que terminan reconciliándome, pero a lo grande, con fuegos artificiales y tras otra pequeña mini crisis, deciden ir despacio pero juntas.

Bueno empezamos con penas, y si, en todas las familias hay una loca o alguien que intenta finiquitarte sin miramientos, ok, no en todas las familias, pero si en todas las series. Y ellos por ser condes no iban a ser menos, la diferencia es que en vez de intentar quemar tu casa lo intentan con el castillo. Así que mi querida Rebecca está muy afectada y va en buscar de su amor para contarle.

Claro, tan afectada está que le dice que no puede volver a casa y tanto Christian como Ollie le comentan que a partir de mañana tienen una habitación libre, pero la camarera le dice que el lugar no es precisamente de lo más tranquilo y como respuesta obtiene un “¿Puedo quedarme esta noche en tu casa? Y tras el por supuestísimo que sí, se gana un beso muy tierno.

Así que al día siguiente vemos a las chicas en la cafetería y Rebecca, ayudando a la guapa camarera con las mesas. Mientras le sigue dando las gracias, por darle techo la última noche, y Miriam le responde que después de más de cuarenta veces agradeciendo es suficiente, después de todo ella también sacó beneficio, y como mi mente que es un poco así, se iba por otros senderos de la vida, pero la rubia solo se refería a que vio películas que nunca hubiera visto si no es por ella. Todo interrumpido con un mensaje de su padre, el papa conde, comunicándole que se casará ese mismo día. Ya que el día antes, era el de la boda, pero la loquita pirómana arruinó todo, y claro, las personas normales hubiéramos tenido que esperar semanas para poder casarnos de nuevo, pero ellos, se pueden casar el día que quieran.

Entonces, ya conocemos a labios carnosos cuando se emociona y le suelta que esta vez si irá con ella a la boda, pero la camarera, le dice que frene un poco, que podría terminar cogiendo el ramo de la novia y eso es preocupante. Además le recuerda que se lo están tomando con calma y esa boda no sería como una cualquiera, es de la nobleza, habrá mucha gente, prensa y todo muy oficial. La verdad es que visto así, impone un poco ¿no creen? Y aunque la morena intenta quitarle importancia diciéndole que solo es para la familia, la otra le dice que está muy ocupada… Entonces al final quedan para verse al día siguiente, aunque sus caritas están serias en la despedida. Sufro…

Y bueno, las chicas ya están listas, las chicas digo las condesitas, vestiditas iguales como cuales damas de honor, la diferencia, que una lleva acompañante y mi Rebecca va solita y claro está triste. Le preguntan por Miriam, si es por trabajo, porque eso se puede arreglar, pero ella les dice que no importa, que de todas formas lo están tomando con calma.

Y volvemos al castillo, todo listo y preparado y cuando Rebecca se disponía a subir las escaleras para refrescarse, se escucha un “¿Sigue tu oferta en pie?” Visualicen la escena. Se empieza a escuchar una bonita música de fondo mientras la condesita junior se gira con una gran sonrisa, y sin mediar palabra se acerca a Miriam y le da un beso, de la mano la lleva con los demás invitados. Me encantan esos momentos en pantalla…

La siguiente es la parte del cura con el típico “estamos aquí reunidos…” y como esa parte se que se la saben, porque todas nos hemos ido de boda, pasamos a no escuchar al cura y oímos solo esa música de fondo mostrando a cada una de las parejas presentes, todas haciéndose arrumacos, incluidas nuestras chicas. Y bueno, sin loquita por el medio, la boda es todo un éxito y nuestras chicas van a brindar con los novios, que le agradecen a Miriam que haya acompañado a nuestros labios carnosos en ese día. Así da gusto entrar en esa familia.

Pero bueno, cuando las loquitas no están presentes, siempre nos quedarán esas personas que van criticando a todos los presentes, si, seguro que ustedes tienen una tía, prima o amiga de ese estilo. Y claro, el que vayas con tu mas-novia-menos-amiga por el castillo y escuchar “La condesa menor debe estar muy decepcionada de los hombres para consolarse con una mujer” pues no es un plato de buen gusto para nadie. Así que la camarera le dice a la incordiante que se meta en sus asuntos, y sí, tengo que decir que es educada por porque soy yo y se apodera de mi el espíritu de Mercedes Milá y la hago abandonar la casa, bueno, el castillo.

Luego a solas, Rebecca está muy enfadada, la gente debería omitir ciertos comentarios, pero a Miriam incluso le hace gracia y piensa que igual no fue una buena idea que fuera a la ceremonia, pero la otra le responde al instante que es una tontería. A eso que llega el papa conde y Miriam va a buscar algo de beber y cuando ve a su hija tan seria le pregunta la razón y ella se lo cuenta. Pero el papa bromea sobre el asunto y al final termina diciéndole que igual se tendría que preguntar el porqué le molesta tanto.

Ya no me empieza a gustar el camino de la conversación, porque le termina preguntando si está al cien por cien segura sobre Miriam, que se puede tomar el tiempo que necesite para descubrir lo que realmente quiere. La hija enfadada le responde que formen un club la criticona y él sobre el tema, diciéndole que simplemente Miriam es buena para ella, que no es tan difícil de entender, se marcha dejando al futuro abuelo de sus hijos con la camarera solo.

Y bueno, toda boda tiene un baile que abren los novios y este no a ser menos. Así que empiezan a bailar mientras los fotógrafos los molestan. Mientras la gente empieza a bailar en parejas y Rebecca, dándole sin pensárselo dos veces saca a Miriam a bailar, pero la camarera le pregunta que pasa con los fotógrafos, pero la condesita tiene una muy buena respuesta “¿Qué importa? Todos verán la buena pareja que hacemos” y en un momento dado, paran de bailar y se empiezan a besar delante de todo el mundo.

Cuando la ceremonia está llegando a su fin, vemos a una Rebecca más tranquila, pero ahora es la camarera la que se muestra seria y quiere hablar con ella en privado. Una vez a solas, la camarera le dice que todo aquello es mucho para ella y labios carnosos le dice que igual es verdad que exageró un poco todo y la otra le responde, que no se mide en algunas situaciones, que mañana igual sale en la portada de las revistas como la futura condesita junior consorte. Pero Rebecca le confiesa que no sabía que hacer, porque todos piensan que solo está experimentando y no está segura. La camarera le dice que igual tienen razón. Que en realidad ninguna de las dos lo está “Nos gustamos… pero eso no es suficiente”

Después le pregunta si está enfadada, pero nuestra condesa junior está decepcionada, pero no con la camarera sino consigo misma.

Rebecca: Tienes razón. Quiero encontrar a mi verdadero amor a toda costa y me obsesioné con ello. Mientras más me lo decían, más lo quería y…
Miriam: Porque no quieres estar sola. Igual que yo. Pero no estamos solas, somos amigas. Solo tenemos que seguir buscando hasta encontrar el amor
Rebecca: ¿Con un hombre o una mujer?
Miriam: No lo sé. Pero sé que somos increíbles. Nos encontraremos y encontraremos al chico o la chica adecuada. ¿Amigas?
Rebecca: “Amigas”

Toda historia tiene un final y parece que la de estas alemanitas ha llegado. La verdad para mí fue algo muy repentino esa última escena, pero ¿qué les puedo decir? Ha sido una historia corta pero intensa y a pesar del final, nos ha dado muy buenos momentos. Pues hasta aquí, espero seguir viéndonos por estos mundos lesbicanarios.