Buen domingo señoras. La vida aquí en los años cuarentas sigue su rumbo y nuestras Bomb Girls favoritas, Betty y Kate, están intentando olvidarse del mal trago que pasaron con la muerte del padre de la segunda de diferentes maneras.

Betty y Kate platicando

Estoy por seguir la filosofía de Living la vida loca

Empezamos el episodio con Betty alcanzando a Kate que ha llegado por separado a la fábrica. La rubia le pregunta que a donde se fue anoche porque la mujer no estaba en casa cuando llegó. Resulta que Kate se fue a escuchar un partido de hockey y aprovechó que un soldado estaba pagando los tragos para darle duro a la fiesta. Betty la mira un poco asombrada porque pasó de monja de clausura a fiestera total en menos de un episodio, pero igual hace como que nada y siguen adelante.

Luego vemos a Betty platicar con Gladys porque Lorna está haciendo un taller de cocina para la guerra. Las chicas no tienen ganas de entrar pero Gladys les explica que su padre le ha contado que van a racionar los alimentos con lo que sería bueno asistir.

En esas están cuando Lorna se da cuenta que Kate anda algo temblorosa y con olor a bebidas embriagantes. La jefaza de inmediato llama mandar a Betty para advertirle que una de sus subordinadas anda por malos pasos. La rubia defiende a Kate y dice que cuando mucho se habrá tomado una porque después de todo es cristiana (XD). Igual Lorna le dice que la mande al almacén hasta que se le pase la resaca.

Kate dándole al drinking

¡Saluddddddd hermanas!

Kate se va al almacén y aprovecha la soledad de su sistema para seguir bebiendo. Eso sí, Leon aparece de la nada y la cata inmediatamente. El hombre intenta encarrilarla a base de cantos, pero Kate no está por la labor y de hecho le salta a la yugular cuando la llama «ratón de iglesia», algo super raro porque siempre la ha llamado así pero bueno.

Betty practicando la cobra

Betty practicando la cobra

Por la noche, las chicas se nos van al bar con sus respectivas parejas a oír el partido de los Leafs. Todo el mundo está super contento porque su equipo ha vuelto a ganar y está a un partido de llevarse la copa. Kate y el compi de Ivan se van a bailar para celebrarlo. Betty y su novio se quedan en la mesa y él quiere aprovechar para darle a una sesión de achuchones novieriles.

Betty por su parte está intentando sacarse un diez en el máster de hacer la cobra, osea esquivar con un rápido movimiento de cabeza los besos en cuestión. Ivan empieza a desesperarse un poco con esta táctica y le dice que vale que le dijera lo de esperar pero que esperaba ver algo de acción antes de que se acabe la guerra.

La rubia dice que está muertísima de la vida y tiene mucho trabajo, le duele la cabeza, etc y se escaquea una vez más dejando a su novio en la estacada.

Betty despertando a Kate

Por la mañana, a Betty le toca despertar una vez más a Kate que llegó tan tarde y tan piripi que se quedó droguí en el sillón. A la rubia ya no le está gustando tanto la idea de que su amiga ande tan desatada e intenta aconsejarla, pero Kate dice que se está divirtiendo para olvidarse de ciertas cosas.

Betty intenta recordarle que lo mejor para deshacerse de los problemas es confrontarlos y no borrarlos a base de tequilas. Kate por su parte tiene muy claro lo que quiere y es algo que le va a romper el corazón a nuestra Betty:

Una vida normal como tú. Un buen trabajo y un chico como Ivan.

Kate se va y nos deja a Betty con carita de «me han clavado un puñal con un martillo».

Ivan y Betty en el coche

Como la estrategia de llevar a Betty a bares no le ha funcionado, esta vez Ivan opta por irse en coche a un mirador a «escuchar el partido». Así se le llamaba en esos tiempos por lo visto señoras. Muy mono él le lleva a su chica su sandwich favorito de tomate y cebolla. Betty se lo come alegre creyéndose que su novio no la querrá besar con ese aliento, pero Ivan prueba que su amor es a prueba de olores y se apunta a besarla igualmente.

La cosa empieza a subir de tono y las cobras ya no le funcionan a Betty que en un movimiento desesperado le para la mano a Ivan. Él por su parte se desespera y le dice que si no quiere hacerlo se lo diga. Betty se da cuenta de que no va a poder seguir dándole largas al asunto y triste pero cierto, termina por ceder.

Betty y Kate mirándose en el espejo

Al otro día por la mañana, Betty se encuentra a Kate mirándose al espejo sin reconocer su reflejo.

Kate: ¿Qué estoy haciendo?
Betty: Ya no lo sé.
Kate: Algo está mal.
Betty: Con nosotras dos….vístete.

En esta escena se nota que las dos están arrepentidas de la vida que están llevando y que obviamente no tiene que ver con quien son en realidad. Por diferentes motivos llevan vidas paralelas en las que quieren esconder por miedo a la persona que llevan dentro.

Betty y Kate en la iglesia

Situaciones desesperadas requieren medidas desesperadas señoras. Así que Betty decide llevar a Kate hasta la iglesia de Leon a oír la homilía, a ver si acaso Dios pueda tener alguna respuesta a sus problemas. El pastor esta muy acertado porque habla sobre como Dios te ama tal y como eres. Con tus errores y tus debilidades, la cosa es aceptarte a ti mismo y a las gracias que te ha otorgado.

Betty siente que las palabras le han llegado directamente al corazón, se le nota en la cara que lo que está diciendo Leon le afecta y le hace reflexionar. Kate por su parte sale pitando porque parece que a ella el sermón la deja más bien fría.

Kate y Betty afuera de la iglesia

Kate: Piedad, gracia, son sandeces.
Betty: Es un comienzo Kate. Es el camino de regreso.
Kate: Una hija de Dios debería sentir la muerte de su padre. Yo no siento nada…excepto alivio. El hombre puede pudrirse en el infierno si es por mi.

Betty se queda un poco a cuadros pero igual entiende perfectamente las razones de Kate.

Betty cortando con Ivan

Al llegar a casa, Betty se encuentra con Ivan que la está esperando para ir a celebrar la copa que acaban de ganar los Leafs. El hombre está encantado y en una nube después de lo que pasó en el coche y se piensa que va todo fenomenal, pero a Betty le ha calado lo de la iglesia y le dice que lo siente pero que ella no siente lo mismo por él.

Estamos hechos para otras personas Ivan. Tengo que seguir a mi corazón…tengo que seguirlo…

Y con Betty inspirada a luchar por lo que realmente quiere dejamos este episodio señoras. Yo la verdad es que la admiro, porque si ahora mismo es difícil dar el gran paso en los años cuarenta se multiplicaba por 500. ¡Dale duro Betty!

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