10 delirios en San Valentin

Esta semana es la semana del amor y claro, llega el momento de algún que otro regalo o cenas románticas, que a la mayoría nos encantan, pues que sepáis que yo este San Valentin estoy muy ocupada viviendo mi vida loca con citas en mi subconsciente… ¿No me entendéis?, Normal, a veces ni yo misma lo hago. Seguro que todas en algún momento nos hemos imaginado una cita con alguna de las lesbicanarias que salen en series de televisión, porque las amamos y aunque queremos que sean felices con sus parejas televisivas, en nuestro fuero interno pensamos, “ojalá fuera yo”, así que como mi cabeza nunca para de pensar, os he traído mis historias de amor con algunos personajes, eso sí, nunca han sido emitidos en la televisión por no herir la sensibilidad de ninguna, así que aquí os traigo mis citas soñadas con mis faunas deseadas en San Valentín.

Arizona Robbins

Nunca he dejado de pensar en ella desde que apareció con sus patines, desde entonces la amé y seamos sinceras, aunque mi sueño de San Valentin sería ir a cenar con ella a un sitio bonito y que apareciera por la puerta enfundada es un vestido azul super sexy (me encanta ese color en ella), seguramente y conociéndola como la conozco, me llamaría a última hora para decir que tiene una urgencia en el hospital y no puede salir de ahí.

Por lo que mi cita con ella ese día me la imagino yendo una servidora a su lugar de trabajo de estrangis y celebrarlo en una habitación vacía de alguna planta abandonada (seamos sinceras, en la tele siempre hay plantas vacías por motivos desconocidos, así que en mi cabeza también). Pondría una manta en el suelo, porque a pesar de que tiene una pierna ortopédica se maneja muy bien, para comer un par de bocadillos o algo rápido y algunas velas, aprovechando cada segundo porque nunca sabes cuándo le puede sonar el busca y tenerse que ir pitando a cubrir una nueva urgencia.

Alex Vause:

Aishhh que os puedo decir de mi cita con ella. La verdad es que en mi cabeza me veo colándome como cual ninja en la cárcel de Lichtfield por una alcantarilla, pero bueno, al intentarlo me doy cuenta de mi lamentable condición física, así que aunque me duela acabo yendo a la cárcel y pido un bis a bis de una hora para celebrar este día. No hay mucha decoración porque la guardia me ha quitado mi kit de masaje, mi lápiz de ojos y hasta un pañuelo de papel que llevaba en el bolsillo, así que cuando aparece por la puerta, lo único que tengo es a mí misma, junto a una mesa y dos sillas, pero claro, como es mi sueño, también hay una cama ancha con sábanas de seda, no de esas ásperas de las prisiones, así que bueno, una hora da para mucho, imaginad lo que se puede hacer con tan poco, solo os contaré hasta cuando se quita sus gafas negras acercándose a mi…. Xdxd

Helena Peabody:

MI cita con ella seria con mucha clase. Me la imagino estar en casa y recibir una nota que dijera algo así como : “Carito, ya sé que ha pasado algún tiempo y no has sabido de mí, quería alejarme pero realmente no paro de pensar en ti y me gustaría pasar este 14 de febrero contigo. Ven por favor, te espero… Helena”, ya sé que estoy poniendo que esta fauna está loca por mí, pero oye, son mis citas soñadas y es mi sueño que Helena muera de amor por mí.

Me veo tan claro en un avión privado camino a una isla de la que ni siquiera importa el nombre, a la orilla de la playa, ella y yo, tomamos el sol y bebiendo con una cañita en un coco, dándonos arrumacos y algún beso furtivo. Cuando llega la noche, me sorprendería con una lluvia de fuegos artificiales que se reflejarían en el agua, imaginad el efecto bonito que produciría… sería una cita llena de detalles por su parte y haciéndome sentir especial.

Carmilla:

Los vampiros siempre tienen una atracción misteriosa que a veces ni tiene explicación y claro aún recuerdo a Carmilla, aunque en mis locas fantasías se llamaba Carmina. En mis sueños la conozco en un hospital, yo estoy donando sangre y ella comprando bolsas de la misma, se habría reformado. Me imagino un día de lluvia, nos tropezamos en la escalera del hospital y la bolsa de sangre que lleva en su mano se rompe en mi ropa. Cuando levanto la vista, sé que le parezco irresistible, aunque pensándolo en perspectiva puede ser el hecho de estar empapada en sangre. Se disculpa y me dice que vive en la calle de al lado, que suba a su casa y me deja ropa, y aunque tengo en la cabeza martilleando las palabras de mi madre “no vayas a casa de desconocidos” es imposible resistirme.

Y allí empieza la cita especial, ya que me cuenta con total naturalidad como la convirtieron en vampira y las mil aventuras que había pasado en tantísimos años. Me imagino escuchándola totalmente anonadada y con una curiosidad tremenda, siempre queriendo escuchar y saber más de ella por tener una vida tan interesante, todo eso entre copas de vino para mí y copas de sangre para ella, hablando hasta el amanecer…, dejándome marchar sin intentar hincarme el diente (para mi desgracia) y quedándome con la sensación de que han sido unas horas fascinantes y una cita peculiarísima.

Emily Fields:

La verdad es que mi cita en un día tan especial no puedo imaginármela de otra manera que en Rosewood, con una manta en mitad del bosque mirando las estrellas, porque si ellas no tienen miedo de los asesinos que hay en ese pueblo, yo tampoco. Así que imaginad, una tienda de campaña, un fuego (que no se si estaría prohibido), comida preparada y mucho romanticismo.

Evitaría hablar del tema de –A porque sé que estaría saturada con eso e intentaría que olvidara por unas horas todo. Además para que mi cita fuera perfecta tomaría ciertas medidas, como por ejemplo, desconectarle el móvil para que no le llegue ningún mensaje que pueda enturbiar su calma, y así hablar, cenar y mirar las estrellas entre otras tantas cosas lesbicanarias que se puedan hacer en un sitio cuando se está aislado…

Eleanor Guthrie:

Imaginarme una cita con ella, inevitablemente me lleva a otra época. Así que sí, soy una pirata, ¿por qué no? tipo Anne Bony pero con más gracia y más habladora, y teniendo en cuenta lo sexy que es la rubia, no dudo ni por un instante que se me caería hasta el parche del ojo al verla… es que no me puedo resistir a una chica con tanto carácter.

Así que estoy en mi barco pirata, con ella a bordo, porque en mis fantasías nunca una chica me dice que no. Me imagino bebiéndonos dos barriles de cerveza y una mesa con la mejor carne, fruta y de remate unos bombones Ferrero Rocher… Ya sé que mezclo pasado y presente, pero bueno, en mi cabeza todo vale. Después le doy un masaje relajante porque llevar una isla es algo muy estresante y la mujer necesita un momento de relax y la cita termina con una puesta de sol abrazadas desde mi barco, con arrumacos varios y demás cosas que no es necesario especificar por aquí.

Tamsin:

Cuando me imagino una cita con esta buenorra, no sé porque me la imagino en un bar de un hotel bebiendo chupitos, que luego también está la parte romántica, no penséis que no, pero me veo empezando fuerte con ella. Con el punto de alcohol en el cuerpo, cogemos el ascensor que nos lleva a la azotea del hotel en el que hay una mesa en todo el centro, iluminada por luces tenues que dan un punto de intimidad de esos que las maripositas revoletean por el estómago sin parar.

En mis sueños Tamsin se acerca a mí y se pone de rodillas, si si, es lo que estáis pensando, es el día en que me pide matrimonio en aquel entorno tan romántico…. Ok, ok, rebobino uno poco y olvido lo del matrimonio, me estaba emocionando a medida que escribía. Vuelvo a la azotea, seguimos cenando, cogidas de las manos, dándonos besos y carantoñas y yo mirando esos ojos embelesada total. De repente el otro lado de la azotea se enciende y aparece una cama, ella me mira, me guiña un ojo y nos levantamos derechitas a lo que ya supongo que imagináis…. Si, mirar las estrellas XD

Cosima Niehaus:

Mi cita con Cosima me la imagino en su casa porque su estado de salud ya sabemos que no es muy bueno. Así que como soy toda una romántica y con permiso de su médico, me veo preparándole una cena en su loft y llevando todo lo preparado a su cuarto. En mi cabeza queda todo perfecto y el impacto de ella cuando se despierta de dormir la siesta es increíble, y sí, soy muy sigilosa cuando quiero y no se ha despertado mientras montaba todo. Cuando abre los ojos se ve emocionada y hasta se tiene que limpiar las gafas por el cúmulo de lágrimas que brota por sus mejillas, y es que a ella le llega cualquier cosa.

Imagino el paso de la noche hablando de cosas científicas y de clones, algo que a mí no me parece muy realista, aunque bueno, supongo que en parte es a causa de la medicación… Cuando me empieza a hablar diez hermanas ya todo cobra un poco más de sentido, hasta me enseña fotos de ellas y la verdad es que se parecen todas como gotas de agua. Acabamos brindado por nosotras con dos copas de zumo y cenando la exquisita comida que con tanto amor le había hecho. Después a causa de la medicación se queda dormida en mi regazo mientras vemos un capítulo de Rookie Blue. Cuanto amor que se respira en el ambiente ¿no creéis?

Root:

Una cita con una persona que está al borde de la locura y la realidad, a todos nos llama la atención y si además sabe disparar con dos armas a la vez, solo hace que se me ponga la carne de gallina. Y es que esta mujer es muy especial, porque hace que saque la mínima parte sado que tengo oculta, y es que daría lo que fuera porque me diera una descarga con su juguete favorito, su táser (instrumento de electrochoque que suelta unas descargas para flipar) y como lo sabe, es lo que ocurre.

Así que mi cita comienza cuando vuelvo de estar inconsciente por la descarga que me acaba de meter en el cuerpo, y es que ella tiene esa manera de demostrar el amor, si yo no se lo tengo en cuenta, vosotras tampoco. Porque aunque estoy dolorida a la vez estoy maravillada por la mesa que me tiene preparada, sus ojos se le iluminan y los míos también, y no es porque haya platos espectaculares en la mesa, me emociono al ver toda esa colección de armas que hay allí encima (y si, como es mi fantasía, soy una ex agente que trabajaba para el gobierno y a la que le gustan mucho cualquier instrumento de hacer daño a otros, y ya se lo que estáis pensando, pero no, aunque mi parecido con Shaw es de 99.9% nada que ver…más quisiera yo parecerme a esa fauna…). El caso es que mi cita perfecta es compartiendo conocimientos sobre armas, explosivos, bombas y demás instrumentos de tortura. Y hablando de compartir, aunque ya estoy acostumbrada, es una pena que a mi amor la tenga que compartir con ella, la dichosa máquina.

Santana López:

Y bueno, llegamos a la última invención de mi maquiavélico cerebrito. Ya sabemos que la morena es una chica de carácter, así que en mi subconsciente la imagino discutiendo. He quedado en un restaurante para cenar con ella y al llegar una servidora, la encuentro desgañitándose con el camarero, porque el pobre se ha equivocado y no ha apuntado bien nuestra reserva, por lo que no tenemos cita allí y tenemos que irnos a otro lugar.

Pero ella y mi cabeza son geniales y tras varias amenazas de demandas millonarias, la animadora consigue que nos sentemos en una mesa. Yo obviamente muero de amor y no me importa que la gente del lugar piense que está loca, de hecho… ¿por qué hay gente? Soy yo la que mando, así que de un chasquido con los dedos la quito, así que solo estamos ella y yo.

El lugar es un sitio elegante con luz tenue, música de fondo y lo mejor que tenemos para hacer son manitas y/o piernitas debajo de la mesa por el hecho de no aguantar el que nuestros cuerpos no se toquen, porque la chica es muy ardiente, y si, en todos los sentidos. Así que ya os podéis hacer una idea de cómo acaba la noche… ya que he quitado a la gente de alrededor, terminamos tirando el mantel al suelo y haciendo ya sabéis que encima de la mesa.

Pues sí, aquí están mis 10 citas con estas fascinantes mujeres que a cualquiera volverían locas, y ya sabéis, si queréis que os cuente más al detalle alguna de las citas, solo silbad bien fuerte y ya os contaré con todo lujo de detalles. ¿Vosotras con quien soñáis? Va venga, contad alguna. Hasta la próxima.