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En esto de escribir casi siempre me toca ser la grinch, esa que no cree en el amor eterno y cree que la discreción en redes sociales es la clave del éxito en una relación. Esta ocasión no será la excepción.

Ser cursi, además de impacientar a los demás a tu alrededor, te puede traer consecuencias que ni increíbles. Aunque no lo parezca, o no queramos reconocerlo, muchas cursilerías son exageraciones, y maximizar las cosas siempre es una mala idea. No podemos asociar al amor con una entrega total, ni al sacrificio y mucho menos al dolor de no estar con alguien. Sin más preámbulo damos 9 motivos para no ser demasiado cursi.

1. No debes depender ni esperar demasiado de ella

El amor es compartir y ser recíprocas, si tú esperas que ella haga todo siempre o te quieres hacer la consentida todo el tiempo, no se vale; tú tienes autonomía, iniciativa y también la quieres, y es importante que se lo demuestres. Si al contrario te ves obligada o te encanta ser la de la iniciativa, la gente se malacostumbra; es mejor buscar el equilibrio.

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2. No siempre se tiene un ánimo romántico

La vida nos tiene sorpresas todo el tiempo, si siempre deseas algo romántico y cursi de tu pareja cuando ella tuvo un mal día, es posible que no le salga natural o que desee contarte su problema, más que consentirte. En esos momentos ella quiere comprensión, no cursilerías; ya que si eres comprensiva es un acto cursi auténtico y lindo el cual no todas practican.

3. No es positivo plagar de romance las redes sociales

Dejar todo tu “romanticismo” en las redes sociales se encargará de hacerte un futuro pesado, si por una mala jugada del destino la relación termina, tendrás un montón de publicaciones imborrables que harán más difícil tu duelo de separación. Comprobado ante notario público, no lo hagan.

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4. El amor no es para siempre

Simple, en ocasiones todo tiene un ciclo y debes tenerlo presente, por más detallista o expresiva que seas, el amor puede termina. Cuando expresas un romance para la eternidad, refuerzas tu deseo de permanecer con ella y haces difícil una separación, aunque sea necesaria para las dos. Es mejor no jurar algo que no vas a cumplir.

5. Se percibe posesividad y celos

Con el modo cursi viene el clásico “eres mía”, “tú tienes que estar conmigo” o “aléjense, ella es para mi”; frases que expresan un apego un tanto enfermizo. Los medios nos han hecho creer que es romántico, pero no lo es.

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6. No es necesario gritar tu amor a los cuatro vientos

Dice una canción mexicana “el amor para que dure tiene que ser disimulado”,¡y cuanta verdad! Es lindo que todo el mundo sabe de su relación y conocen de su amor, sin embargo mostrarlo a lujo de detalle muestra inseguridad, o sea, afirmas y reafirmas con frecuencia para sentirte mejor contigo misma. Si el amor es fuerte y confían en el sentimiento no es necesario hacer esto.

7. Presumir a tu pareja es cosificarla

“Ella hace esto y esto y esto…” La pregunta es ¿Buscaste novia o buscaste trofeo? Deja que sus logros sean de ella, es una persona que puede hablar de sí misma sin problema.

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8. Idealización de la relación

Decirse cosas tiernas todos los días da la ilusión de una relación perfecta, crea un mundo color de rosa y es imposible que sea así.

9. Creas una necesidad

El día que una de las dos deja de ser cursi o decir cosas lindas te hace pensar que ya no te quiere o que terminará contigo, como ya dijimos, a veces no se puede o no hay tiempo, si haces del mensaje de buenos días una rutina lo transformas en necesidad.

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Suena imposible pero esperar más de ti que de otra persona es el primer paso para relaciones más sanas y no es difícil abandonar el barco en caso de ruptura. En aquellas parejas súper apegadas y con costumbres hiper románticas, los problemas les parecen océanos, son gigantescos e irremediables; mientras que el resto tiene la capacidad de resolverlos porque han desasociado la exageración del conflicto real. Si alguna vez te has quejado de las mujeres dramáticas, ese dichoso estereotipo puede desaparecer de esta forma.

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