No todas las mujeres sueñan con tener una boda, pero supongo que cuando lo haces, esperas que todas las personas que quieres te acompañen en un día tan importante. Cuando yo pensaba en mi boda, siempre creí que toda mi familia estaría ahí, porque eso es lo que había visto en miles de bodas en todas partes, es lo que pasaba en todas las bodas a las que asistí. Pero la realidad del sistema es que cuando yo me casé no había una sola persona de mi familia en la boda.
¿Para qué vamos a mentir?, antes de la boda, era algo que me hacía sentir muy triste. Pero luego, cuando llegó la hora de la ceremonia, habían tantos amigos ahí, algunos que habían venido de otras ciudades incluso para acompañarnos, en una boda pequeña y sin presupuesto pero llena de amor que, como dije en mi discurso en ese día, me sorprendió no sentirme triste porque nunca me sentí sola. Quizás por eso me llegó tanto esta historia, de otra chica que como yo, se casó sin que su familia la acompañara. Pero la historia de Jennifer, como la mía no es triste, porque no solo se casó con el amor de su vida, sino que también lo hizo acompañada.
Jennifer y Sam son pareja desde hace 11 años. Las chicas han vivido una historia de esas épicas de amor que vence todos los obstáculos, incluso sus propios miedos y precupaciones como la de salir del armario en el trabajo o problemas más personales, como cuando Jennifer nos cuenta que, debido a que su familia no la acepta, incluso llegó a plantearse casarse con un hombre en un matrimonio falso para apaciguarlos. Pero al final de los días, lo que sentían la una por la otra fue más importante que todas esas cosas y la chicas decidieron casarse.
Una de las cosas más bonitas que descubrieron en ese proceso, es que los compañeros de Jennifer en HSBC la apoyaron completamente y la hicieron sentir cómoda en su entorno de trabajo. Tanto que, el mismísimo CEO de la empresa decidió apoyarla entregándola él mismo, para que no sintiera la falta de su padre el día de su boda. ¿A que es un detalle monísimo? También es un detalle super importante encontrar empresas que apoyen a sus empleados LGBTQ a ser felices y a conseguir sus derechos, sobre todo en este momento en Taiwan en el que se está debatiendo tanto sobre el matrimonio homosexual. Y es que si bien, ya se ha conseguido que en algunas ciudades las parejas homosexuales puedan registrar sus matrimonios legalmente, en el país en general el matrimonio homosexual aún es ilegal. ´
Y para terminar por todo lo alto, aquí les va otro vídeo donde pueden ver un poco más de la historia de Jennifer y Sam con un montón de fotos de la pareja a través de los años.
Que bonitos vídeos. aunque triste la situación familiar. Me aprece lamentable que algunos padres antepongan sus ideas personales a la felicidad de sus hijos y confundan su papel convirtiéndose en sus propietarios. Claro que es aceptable que todo padre se haga ilusiones respecto al futuro de sus hijos, pero no debe querer realizarse a través de ellos ni pretender volverlos copias o robots y rechazarlos por algo que no les guste. Creo que son padres que no entienden que la autoridad paterna se pierde con los años pero el respeto permanece, por lo que hay que cimentarlo haciéndolo mutuo. Por eso me encanta un poema de la madre Teresa de Calcuta dirigido a todo padre y que dice:
Enseñarás a volar, pero no volarán tu vuelo./Enseñarás a soñar, pero no soñarán tu sueño./Enseñarás a vivir, pero no vivirán tu vida.
Sin embargo, en cada vuelo,/en cada vida,/en cada sueño /perdurará siempre la huella/del camino enseñado.
Son ideas impuestas, tanto por religión, como por las mismas costumbres familiares, por ejemplo si de chico le enseñas a un niño o a una niña que las cosas buenas son malas y las malas son buenas, crecen torcidos, para ellos discriminar es normal, odiar es normal, rechazar es normal.
Que se jodan :/ mejor tomar las cosas lindas y bonitas.
Bah! se lo pierden, espero que esto termine algún día, digo, es malo tratar a otros como si tuvieran viruela No hay mejor familia que la que esta unida… se acaba de derretir mi helado.