Siempre, SIEMPRE, siempre, en todas las series adolescentes, hay un capítulo que revuelve alrededor del baile de bienvenida de la escuela. Y casi SIEMPRE en dicho capítulo pasan cosas… interesantes, por así decirlo. Déjenme adelantarles, que Pretty Little Liars no es la excepción.

El episodio de hoy comienza con una Aria deprimida por su rompimiento con Ezra Fitz. Las chicas piensan que todo se debe a la separación de sus papás, y la tratan de reanimar hablándole del baile de bienvenida, y diciéndole que todo se va a solucionar. Ya que Aria acepta ir, las demás empiezan a hablar de sus asuntos.

Hanna quiere ganar el premio de la reina del baile. Spencer está muy ocupada organizando todo porque claro, es la presidenta del comité, y tendrá su primera cita oficial con Diego González, alias Alex en esta serie. Sí, es Diego González el de Rebelde. ¿Qué hace aquí? No me pregunten a mí. Luego le preguntan a Emily que a quién llevará. Ella responde que sola. Aria dice que ella también irá sola. Spencer bromea que harían una buena pareja y Aria pregunta que cuándo pasó a ser Samantha Ronson. Emily se sonroja un poco, y busca apoyo en Hanna, quien dice:

Spencer: ¿Por qué no van juntas? ¡Harían una hermosa pareja!
Aria: ¿Cómo pasé de usar pantalones de mamá a ser Samantha Ronson?
Hanna: ¿A quién le importa con quién va cada quien? Digo, es sólo un baile, deberías ir con alguien con quien te diviertas.

Este último comentario heroico de Hanna iba dirigido, obviamente a Emily. Em dice que quiere ir con alguien, pero que no quiere que la gente piensa que es algo más. Aria y Spencer le preguntan que quién es el chico misterioso, y Hanna (una vez más al rescate) interrumpe todo diciendo que quiere comer. Entonces, decide abrir una galleta de la suerte y descubre el mensaje que contiene: “Leones, y tigres y perras, ¡oh dios! No hay lugar como el baile de bienvenida. Nos vemos ahí. –A” ¡Oh por Dios! ¡Oficialmente “A” ha tomado hasta la industria de la comida china! Todas abren sus galletas y encuentran el mismo mensaje. Ajá, ¿ahora quién quiere ir al baile?

En la escuela, Hanna está en una reunión del Club de Celibato, todo gracias a su novio. Ahí conoce a un “nuevo amigo”, quien ni siquiera trata de disimular que le atrae Hanna. El chico, llamado Lucas, es uno de los “geeks” rechazados de la escuela, y admite que no necesita del club de celibato para permanecer… ahm, célibe. Con su ñoñez basta. Pero Hanna lo encuentra “gracioso”, de cierta manera, quizá por su sinceridad o quizá por su resignación.

Mientras tanto, Emily y Maya se encuentran. Gracias al cielo las dos tenían sed y fueron a la maquinita. Maya menciona que no se han visto últimamente. Em pone de pretexto el memorial de Allison (presiento que Allison va a molestar esta relación hasta el fin del mundo). Luego Em le pregunta que si irá al baile, y Maya dice que no, “no es lo suyo”, y que no le gusta Lady Gaga. Yo intentaré de ignorar ese último comentario, sólo porque ya he visto los otros capítulos y Maya me cae demasiado bien. Maya propone que se vean próximamente, y Emily acepta, pero huye antes de que le proponga tomarse un café o algo comprometedor como eso.

En el almuerzo, Spencer llega toda alarmada con Hanna a decirle que Toby compró no uno, sino DOS boletos para el baile, y por lo tanto necesitan conseguir el famoso archivo del terapeuta lo más pronto posible. Porque Toby llevará a Jenna, tal como lo prometieron en la galleta de la suerte. Justo en ese momento, hablando del rey de Roma, Toby se sienta en una mesa cerca de donde están las chicas, y ellas alcanzan a ver un tatuaje en su cintura. Éste lee: “901, libre al fin”.

Toby continúa su camino y encuentra a Emily. Él le dice que le quiere hablar acerca de algo. Ese “algo” es básicamente invitarla al baile de bienvenida. Ella se sorprende porque no creía que él fuera de las personas que van al baile. Toby le dice que sólo quiere ir por ella. Em acepta. Afuera, Toby se encuentra con Jenna. Ella le recrimina que estaba hablando con Emily, y le dice que no tienen oportunidades con ella, pues una vez que sepa la verdad, ella lo odiará.

Spencer, mientras tanto, recibe una visita de Alex, su galán (si ya tenemos a Diego González ahí, qué más da ponerle un poco de mexicanismos a esto xD). El motivo de su visita es preguntarle a Spencer el color de su vestido, para que combinen. Ella le dice que no se preocupe, lo que significa, “no gastes porque sé que no tienes dinero”. Él la convence y además le da el dinero de su boleto. Ah y también se aprovecha un poco de la situación y le da un beso que sin duda alguna, cualquiera le hubiera querido dar a Spencer, quien por cierto tiene un atuendo increíblemente gay: camisa de cuadritos, cabello recogido, cinturón. Y el short sexy es un bonus.

En los pasillos, Hanna y Maya se encuentran. Después de asegurarse que votará por ella, Hanna le dice a Maya que la verá en el baile. Ésta última le responde que es muy poco probable. Y entonces, Hanna (¿al rescate?) dice: “Qué mal, sé que Emily realmente quería que fueras”. Y estas palabras mágicas automáticamente convencen a Maya de aparecerse en la noche.

Hanna sigue su misión de conseguir el archivo de Toby, sin embargo, no logra hacerlo. Pero no se preocupen, recuerden que Hanna ya es como la superheroína de aquí, entonces dejó abierta la puerta del consultorio para poder entrar cuando quieran. Más tarde ella habla con Aria y la trata de reanimar dándole consejos de cómo superar lo de sus padres. Luego le pregunta acerca de quién le gusta y Aria miente diciendo que es un chico de Islandia, y que las cosas son difíciles con él. Hanna le dice lo que yo le diría: supéralo.

Ahora… al baile, yo sé que todas lo estaban esperando ansiosamente. Las chicas se ven muuuy bien, déjenme decirles. Aria llega y todas tratan de hacer el rato más divertido para ella. Sin embargo, todo se va al caño cuando ve que le toca estar en un juego con Ezra. Y el profesor sigue muy muy enojado con ella.

Mientras tanto, Spencer enfrenta a su peor pesadilla: Melissa, su hermana, fue invitada al baile, y además sabe lo del ensayo plagiado. En un punto de la fiesta, Alex está solo y abandonado por Spencer ocupada, así que Melissa llega a hacerle compañía. Ella aprovecha y le mete a Alex la idea de que Spencer sólo sale con él para molestar a su papá. El chico se queda pensando si será cierto.

Hanna se encuentra con Lucas y se porta amable con él… bueno, tan amable como la reina de la escuela puede ser. Pero Mona lo trata aún peor, y Hanna lo defiende, porque recuerden, ya es toda una superheroína defensora de las minorías.

Emily y Toby llegan al baile, y el chico le confiesa que nunca ha ido a una cosa de esas, y que está nervioso por conocer a sus amigas (que piensan que es un freak). Em lo tranquiliza y hacen su entrada al baile. Justo dos segundos antes, Maya llega a saludar a Hanna y pregunta por Em. Aria dice que ya la encontró y todas hacen la esperada cara de WTF. Bueno, Maya hace esa y una de “mátenme, me han roto el corazón”. Toby siente la incomodidad y va por bebidas. Todas le reclaman que por qué trajo al asesino de Allison al baile. Hanna se enoja más aún con Hanna, porque pensó que al menos ella entendería.

Emily: ¿Por qué haces esto? ¿No eras tú la que me decía que siguiera mis sentimientos y que no dejara que las opiniones de los demás me detuvieran?
Hanna: ¡Sí! Sí, yo te lo dije, pero eso fue cuando pensaba que hablabas de Maya.
Emily: ¿¡Maya!? ¿Por qué hablaría de Maya?

Su conversación es interrumpida por Toby, así que la parejita se va. Las otras tres chicas empiezan a chismear acerca de ellos y todas temen que pase algo malo. Deciden mejor ir a bailar con sus respectivos novios, o lo que corresponda. De repente, Spencer tiene una iluminación y reúne a las chicas. Sabe qué significa el tatuaje de Toby: “01 de septiembre, el día que Ali desapareció”. Sabiendo eso, le exigen a Hanna que vaya por el archivo, para que Emily les crea y ya no esté en peligro. La rubia acepta y se va. En el camino se encuentra a Lucas y consigue que él le de un aventón al lugar.

Después de esto, Aria se va con Sean y Spencer se concentra más en espiar a Em y Toby, que en Alex. De todos modos acepta ir a la lectura de la fortuna. Emily y Toby siguen divirtiéndose. Jenna está ahí también, sólo que ella no baila. De repente, Emily dice que ahorita vuelve y corre a hablar con Maya:

Emily: ¿Qué le contaste a Hanna acerca de nosotras?
Maya: ¿De qué hablas?
Emily: ¿Por qué pensaría que serías mi cita?
Maya: ¡No sé! Ella fue la que se acercó a mí. ¿No deberías estar con tu cita?
Emily: No hagas un gran rollo de esto.
Maya: Yo no lo hago. Tú lo haces, y no sé por qué, si claramente ya lo has superado de todas formas.
Emily: Te dije que necesitaba espacio.
Maya: Sí, y yo te estoy dando espacio. Para que aceptes quién eres, no para que lo escondas.
Emily: No estoy escondiendo nada.
Maya: Entonces veme a los ojos y dime que no sientes NADA por mí…Y te dejaré en paz para siempre.

Emily ni siquiera la puede ver a los ojos. ¿Qué más necesitan? Viendo esto, Maya simplemente se va.

Aria tiene una discusión con Ezra, diciéndole que no soporta que esté enojadísimo con ella. Él le confiesa que no está enojado con ella, sino consigo mismo. Y reitera que su relación es imposible, pero que básicamente el sigue teniendo sentimientos por ella.

En la lectura de la fortuna, Spencer escucha atentamente lo que dice le dice la adivina, y entonces, cuando sacan la carta de la muerte, Spencer se sorprende al ver que tiene algo escrito: “Dale un beso de despedida a tu mejor amiga”. ¡Chan chan chaaaan! ¡Emily y Toby ya no están!

Los dos están en la cafetería porque Em necesitaba estar alejada de todo, después de lo que pasó con Maya (y quién no lo necesitaría). Toby le propone que vayan al laboratorio de química, ahí donde todo está solo y oscuro y no hay testigos. Yo no sé cuál es la lógica de Emily, pero el punto es que acepta.

Hanna por fin llega al consultorio, con ayuda de Lucas. La rubia busca los archivos y trata de encontrar el de Jenna… pero en vez, encuentra el de Toby. Toby era el paciente. En el laboratorio Toby le pregunta a Em que si quiere hablar de lo que le pasó y que si tuvo algo que ver con Maya.

Toby: ¿Tuvo algo que ver con Maya?
Emily: No… (pausa larga).. Sí.
Toby: Emily, ¿viniste con la persona equivocada al baile?
Emily: Quizá…
Toby: Yo entiendo.
Emily: ¿Por qué te agrado? ¿Por qué te agrado cuando sabes lo que mis amigas y yo te hemos hecho?
Toby: Oh. Puede que sea porque yo también he hecho cosas de las que no estoy orgulloso. Todos tenemos secretos, Emily.

Mientras dice esas últimas palabras, el chico cierra la puerta con llave. En el baile, las chicas ven el expediente de Toby y Hanna les cuenta (porque claro, ya lo leyó) que ese día Jenna había ido a terapia para ver cómo se sentía al respecto de que Toby volviera, y que el secreto de Toby que Alli sabía era que él y Jenna tenían una relación… más allá de algo fraternal. Con eso lo chantajeó Allison para que tomara la culpa por lo de la explosión. Y también le da un motivo a Toby para matar a Alli.

Así que las chicas se preocupan y empiezan a tratar de localizar a Emily. Ella sigue con Toby y no responde. Toby le dice que quiere que sepa la verdad de lo que pasó ese verano. Em no quiere oírlo, y entonces recibe un mensaje que dice: “Estás con el asesino de Alli, tenemos pruebas”.

Toby intenta evitar que se vaya lo cual resulta en Emily empujándolo hacia un estante. Toby sigue tratando de que ella lo escuche, pero Em se va corriendo. El chico la persigue, y Emily pide auxilio. Las chicas escuchan un grito. Emily sigue huyendo, pero justo cuando la pantalla se vuelve oscura, se escucha un grito que sólo puede significar una cosa: eso de que huía la atrapó.

Y en la salida de Rosewood, donde está el letrero que indica la población, alguien se acerca y cambia el último número. No, ya no hay 7988 habitantes… según, la persona misteriosa, ahora sólo hay 7987.

Escrito por: Namezne Puedes seguirme leyendo en mi blog o saber lo que hago diariamente por mi twitter

Acerca de mí: Escribo directo desde México, la capital, para ser más exactos. Aún me faltan 2 años para votar y sigo viendo programas para niños de vez en cuando. Vivo en lo platónico e imposible, y a veces me cuesta aterrizar. Pero no engaño a nadie… así soy feliz.