Todo tiene un final y hoy les traigo el desenlace de uno de los triángulos amorosos más complicados que recuerdo. Ana y Teresa de amigas pasaron a cuñadas y de repente se dieron cuenta un día que no podían vivir la una sin la otra, por lo que cogieron las maletas y se alejaron de todo y todos,. Y aunque yo lo pueda resumir en una simple frase, no fue fácil para ninguna. Así que sigamos con esa vuelta a Madrid y el encuentro con Héctor, al cual le pide el divorcio, porque ya no existe ningún tipo de relación entre ambos y no tiene sentido que sigan casados pues, cada uno desde hace mucho, hace su vida de manera independiente.

Y quiero advertir que para nuestra desgracia solo aparecen en una sola escena. En la cual, Héctor ha ido de nuevo al hotel a ver a las chicas, a modo de despedida, porque vemos a nuestra Teresa con las maletas en la mano. Él le pregunta si la han molestado más con el asunto del chico atropellado (recordemos que tuvieron que ir a declarar, y por ese motivo se entero el detective Holmes de que estaban en Madrid). Ella le responde que no y le vuelve a agradecer que las acompañara a comisaria.

Teresa se sincera, y le cuenta que se siente culpable con la situación, que hay cosas que son difíciles de pedir y que en algún momento llegó a pensar que el había podido cambiar y no seria tan fácil. Pero su hasta ahora marido, le responde que nunca cambiaría a esas alturas de la vida y le dice que nunca lo olvide.

Se produce un silencio incómodo entre ambos, pero este lo rompe para preguntarle donde hay que firmar, porque sí, las que pensaban que pondría trabas y que no le daría el divorcio como si nada se equivocaban,. Y aunque sabemos que el todavía quiere a su mujer, se da cuenta que no tiene sentido la situación en la que están, porque ella quiere a Ana y eso nada lo va a cambiar. Y por fin firma el papel que los declara legalmente separados (que bien suena ¿No creen?).

Ana y Teresa 3

A todo esto llega Ana y puede ver como el papel tiene la firma pertinente, ambas se miran de manera cómplice. Después Ana decide retirarse, para dejar al ex matrimonio (sigue sonando tannnnn bien) despedirse, por lo que dice de ir a despertar a Alejandro, su hijo, así se llama el pequeño, vaya, al final no era Alfonso Junior como papá.

Héctor: Solo espero que la próxima vez que vuelvas a Madrid no te escondas de mi, y no sé, tal vez tomarnos un café tranquilamente.
Teresa: Prometido. Y yo solo espero que algún día encuentres la misma felicidad que yo he encontrado con Ana.
Héctor: Ya fui feliz una vez…

Y aquí otro momento de silencios, pero él lo rompe bromeando y le repite que la echará mucho de menos. Y dándose un beso en la mejilla y un gran abrazo, se despide este matrimonio, que para que negarlo, en un principio se quisieron mucho. Lo último que podemos ver es la preciosa sonrisa de Teresa, y es que, al fin, se quita ese sentimiento de culpa que la embargaba y puede empezar sin remordimientos su vida al lado de Ana y del pequeño. Para que vean chicas, a veces el amor, termina triunfando.